jueves, 29 de agosto de 2013

Fragmentos Perdidos

¡Hello!

Pues, como bien señala el título en esta entrada y haciendo eco del anuncio de ayer, planeo subir fragmentos inéditos eliminados del libro. Estos estaban destinados al blog tour, pero terminaron quedando fuera. Pobres, primero han sido eliminados del libro y luego del blog tour. Al parecer nadie más que mamá los quiere.

El primero tiene lugar tras la primera vez de Lyam y Bryanna, para quienes leyeron el libro sabrán identificar dónde. 
Saludos a todos y espero que los disfruten, ¡cariños!



Tenemos que hablar soltó Lyam con voz ronca, rodando hacia un costado y alcanzando el edredón para cubrirnos.
Fruncí el ceño, incomoda por la manera en que me hablaba ¿Sobre qué? pregunté, aún atónita por lo que acabábamos de hacer.          
¿Por qué no me dijiste que eras virgen? inquirió, con la voz tan fría que sonaba a regaño.
¿No se te ocurre algo más romántico para decirme por nuestra primera vez? reproché, girando sobre la cama para verlo a la cara. ¿Qué te pasa? ¿Te molesta que no haya estado con otra persona antes que contigo?
No, es sólo… Es que pensé —titubeó incomodo.
Que al tener ya dieciocho años debía tener experiencia previa completé la frase ¿Qué pasa contigo? —pregunté insegura— ¿No fue lo suficientemente bueno para ti?
Sonrió de manera escueta. No es eso, tonta —bufó negando energicamente—. Simplemente pensaba que de haberlo sabido hubiese preparado algo distinto. No sé, supongo que más especial contestó besando mi mejilla y acariciando mi rostro con ternura.
Idiota mascullé, volteándome para así darle la espalda.
Acababa de dar por terminada la conversación.
El dormitorio fue envuelto en un molesto silencio, uno que ninguno se atrevió a romper. Luego de un rato decidí que lo mejor era dormirme, las caderas y todo lo que ellas envolvían comenzaba a dolerme de manera exagerada. Una prueba irrefutable de lo que acabábamos de hacer.
 Al despertar horas más tarde, me sentía un tanto desorientada, la habitación se encontraba completamente a oscuras y Lyam no estaba. Encendí la lámpara y busqué mi ropa para dirigirme al baño a darme una ducha y quitarme así la sensación de suciedad que comenzaba a apoderarse de mí.
Encima que casi me parte a la mitad, ahora me deja sola —gruñí mientras rebuscaba en mi bolso alguna toalla higiénica para emergencias, pues había sangrado un poco y no quería manchar mi ropa interior.
Refregué mi cuerpo con rudeza y dejé que el agua me relajara. Sentía ganas de llorar, pero no lo hice.
Sequé mi cuerpo y me vestí. Estrujé mi pelo y lo amarré en un moño desdeñoso, no estaba de ánimos para peinarme y mucho menos para maquillarme, por lo que no tardé demasiado.
Salí del cuarto de baño y me encontré con el dormitorio nuevamente a oscuras. Encendí la luz y me sorprendí al ver a Lyam sentado sobre su cama, escondido detrás de un inmenso ramo de rosas blancas.
Perdóname pidió asomando la cabeza por un lado.
Depende murmuré pensativa frunciendo mis labios.
¿De qué? Dime, lo que sea.
Me mordí el pulgar y sonreí con malicia—. De si tras las flores está tu anatomía total y completamente desnuda contesté.
Eso se soluciona enseguida dijo dejando las flores a un lado y quitándose el sweater junto a la polera de un tirón ¿Mejor así?
Dije “anatomía total y completamente desnuda”
En la cara de Lyam se dibujó una hermosa sonrisa y en sus ojos se asomó un brillo travieso. Se levantó de la cama y antes de que le dijera cualquier otra cosa, se quitó los pantalones, quedando sólo en boxers.
¿Así? preguntó juguetón.
Negué con mi cabeza y esperé hasta que no pudo cubrirse con nada más que con las manos.
¿Ahora si?inquirió avergonzado, cubriendo sus partes nobles con ambas manos y con la cabeza agachas para disimular el sonrojo que se apoderaba de su cara.
Mucho mejor murmuré acercándome a él.
Esto es realmente humillante ¿lo sabias?
Si, humillación es exactamente lo que me hiciste sentir luego de reprochare que seguía siendo virgen. Ahora estamos a mano.



¡No olviden visitar el blog para leer los siguientes fragmentos perdidos!









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